Traductor

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Diario de Lali: Extraterrestre.

(Página anterior: Rumbo a otro planeta)


Julio, 2009

Odio este lugar, pienso caminando por la calle desierta de una urbanización en la que todo me parece igual. Calles con nombres de flores, cuestas, y una piscina que, según la gente de aquí, está llena cuando no hay apenas diez personas en ella. A parte de eso no le veo la gracia a este maldito sitio. Odio este lugar, pero no podía quedarme en casa, dándole vueltas a la cabeza, pensando que ése ahora era mi nuevo hogar. Sintiéndome una extraterrestre en mi propia habitación. Así pues, y sintiéndome obligada, decidí dar un paseo por el pueblo. Y según caminaba más me iba deprimiendo, ¿es que aquí no hay un alma? Cuando de repente vi donde estaba "todo" el mundo. Resulta que habían abierto la piscina. Resulta que había piscina. Y en ese momento me sonó el móvil.
        —¡HOLAAAAAA! —No podía ser otra que Adriana, mi mejor amiga— ¿Qué tal por esos pueblos de mala muerte?
        —¿Pues tú que crees? —Y cogí aire para soltarle la bomba—: Aquí no hay Mc'Donnalds.
        —¿Quéee? ¿Y donde come esa pobre gente?
        —Van al Pans. O peor: al Rodilla.
        —Pobres.
Esa misma mañana había ido con Fernando y Paz (opté por llamarles así, en vez de padres. Cruel, lo sé, pero quiero que sepan que estoy enfadada) a la calle Real. La calle Real es lo que Gran Vía es a Madrid, y la 5º Avenue a Nueva York, pero de un modo mucho menos atractivo. La calle Real medirá si quiera cien metros, y consta de un Berska (lleno de chonis), un Pull (lleno de pijas), un Springfield (lleno de pijos), un Festa (lleno de ancianas) y un Maripaz (lo único que tiene un pase). Además de una amplia variedad de tiendas sin importancia. Pues bien, allí estaba yo con toda la ilusión del mundo, en irme de tiendas, en encontrar un refugio, un consuelo, en lanzarme a los mostradores de las tiendas y llevarme todo lo que pillara, fuera bonito, feo, obstuso, marrón o segoviano, me doy de bruces contra tiendas de diez metros cuadrados y ropa demasiado ordinaria. Eran las mismas tiendas que en Madrid, de hecho había casi la misma ropa, pero a mí se me antojaba sosa y anondina, y, dicho sea de paso, puebleril. Pensaba recuperarme del bajón comiéndome un menú ahorro, pero acabé comiendo un sandwich de cartón y gulas con queso.
        —Y... ¿cómo te lo pasas por allí? —prosiguió mi amiga—, ¿Hay algún tío bueno?
        —Ni si quiera me he fijado... —En serio, ni lo había hecho. Creí que era una falta de respeto hacia Dani...
        —¿Todavía no le has olvidado, verdad?
        —Ya casi. —Mentí.

Lo cierto era que aún seguía pensando en él. En lo feliz que fui a su lado, y en que me prometió que nos veríamos, que me esperaría, y que se moría de ganas de verme en Madrid. Pero, si tanto le importo... ¿Por qué no viene él a verme?


Después de tanto tiempo, aquí tenéis chicas :)
¡Gracias por el apoyo que nos habéis dado siguiendo y comentando!

Diario de Lali: Rumbo a otro planeta.


      Junio, 2009   


      —...Finalmente hemos decidido mudarnos. Este verano.

La frase resonó en mi cabeza como un montón de pelotas de ping-pong: Chocando unas contra otras. No dejaba de darle vueltas a dos palabras. Hemos decidido. ¿Quiénes? ¿, papá y yo? No. Claramente, y papá.
      —A-A... ¿A dónde? Logré balbucear.

No estaría mal que fuese a la playa. Recordé vagamente que mis padres últimamente habían estado viendo chalets cerca del mar de Alicante.. Las olas, esa espumilla blanca que adorna sus crestas, el murmullo frío del agua... Me abandoné unos segundos en mí misma. Sería un lugar tan perfecto para dejarlo todo atrás... Para dejarlo a él...

      —Pues a Segovia, ¿dónde si no? —Se preguntó mi madre extrañada Cariño... —continuó al ver que no contestaba— Lo siento. No pensamos que fuera tan repentino... Tu padre y yo creíamos que te lo podríamos decir con más tiempo, pero todo ha sucedido tan rápido que, no hemos sabido decírtelo de otra manera. Yo ya no tengo trabajo y papá hace mucho que pidió el traslado... Ayer nos llamaron y nos han dicho que se lo han concedido. Ahora es director en un hotel mejor, más cerca de la estación. Así podrá ir y venir desde Segovia a Madrid más fácilmente.
      —Segovia... —Murmuré con los ojos empañados por la rabia¡Pe-Pero allí no hay nada mamá! ¡ Y me prometiste que nada de nuevas mudanzas! —Sollocé— Además... ¿Me cambiaréis de colegio?
     
     Hubo un intenso silencio.
      —Cielo... Ya verás como es mejor para ti... Últimamente no se te veía por casa y estabas siempre con ese chico mayor... Te marchabas demasiado pronto y volvías muy tarde... —y concluyó— A todos nos vendrá bien un cambio de aires.
      —¡Esto es increíble..! —Grité cabreada. Y tan increíble.
Tan increíble que nunca pensé que de verdad lo fuera a ser en un futuro.Cambiar de aires a veces supone lágrimas... Pero también sonrisas.


No os perdáis la próxima entrada (;

Con hache de: Sarah.

Mi nombre es Sara. Perdón, Sarah con hache. Soy de la generación del 92, (desgraciadamente). Digo desgraciadamente porque soy la "Mamá" del grupo.  Con esto quiero decir que tengo las amigas más irresponsables del planeta Tierra (Vale, Ank no...). Pero estamos aquí para hablar de mí.
Tengo 18 años, dos hermanas y carnet de conducir (¡tenía que decirlo!) y el año que viene, si Dios me lo permite (¡por favor permítemelo!), empezaré un ciclo de Educación infantil.
Sí... Voy a echar de menos a mis chicas, pero siempre nos quedará este blog... :) Este es uno de los motivo por los que hemos creado el blog, el de no separarnos nunca.





       Tuenti || Twitter